EL COCODRILO


Álvaro Menen Desleal


Hubo una vez un gran erudito, llamado
Chuang-Tse. Iba a la escuela de Lao-Tse.
Un día se durmió y soñó que era una
mariposa que aleteaba entre los árboles
y las flores del jardín...

“KIN-KU K´ I- KUAN


... Y ahora me examino concienzudamente para ver si soy yo. Porque acabo de despertar de un sueño, y en el sueño no era yo. En el sueño yo era un cocodrilo, un largo, un ominoso cocodrilo tendido en el fango de la ribera, bajo un sol que todo quemaba menos mis duras escamas dorsales. De cuando en cuando bostezaba, y al abrir las fauces inconmensurables relucían mis dientes agudos, formados en filas como soldados en parada, prontos a matar. Yo era un cocodrilo de cabeza oblonga, de cola aplastada, y en el sueño no sabía que era yo quien soñaba.
Desperté y fui de nuevo yo, como antes de soñar; pero ahora que me palpo y me examino, no sé si fui yo quien soñaba ser un cocodrilo, o si es un cocodrilo el que sueña que soy yo.

(De: “El fútbol de los locos y otros cuentos”)

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